Priorizando lo que realmente importa

¡Ya no puedo más! Fue mi frase del último mes.

Cada día, lo único que hacía era dejar todo de lado e irme a dormir, con la esperanza de que, durante la noche, apareciera una varita mágica que resolviera todos los problemas acumulados en el día.

Pero el resultado era otro. Empezaba un nuevo día y los problemas, lejos de desaparecer, se multiplicaban como los trastes cuando no los lavo; peleándose unos con otros para ver a cuál le hacía caso primero.

Me pregunto si esto sólo me pasó a mí o si acaso también te ha sucedido (me imagino manitas levantadas y cabezas diciendo sí sin cesar).

En mi caso, fue un viernes cuando mi cuerpo decidió que debía parar. Mientras me recuperaba de un resfriado el fin de semana, me puse a recordar mi época como Gerente de Calidad, cuando me dedicaba a implementar métodos en las empresas para que las áreas resolvieran sus problemas y mejoraran su productividad. 

Muchas veces creí que esos métodos sólo servían en el trabajo porque sonaban muy complejos, bonitos e inalcanzables para hacerlos en otro lado; pero ese fin de semana, sentí la necesidad de rescatar uno de esos métodos y aplicarlos a mi vida diaria.

Entre la búsqueda, apareció la varita mágica que tanto anhelé por las noches, pues me encontré con un método que sin duda te ayudará tanto como a mí: el Principio de Pareto.

Vaya que resolví muchos problemas con este método en las empresas, identificando y revisando las principales fallas que ocasionaban las mayores pérdidas en la calidad del servicio. 

Te cuento en general de qué trata:

El principio de Pareto es una técnica que suele aplicarse mucho en las empresas como herramienta de análisis de causa o para determinar a qué dedicarle tiempo y recursos. También es conocida como la regla del 80/20 que indica que el 80% de los resultados provienen del 20% de las causas o que el 80% de los problemas derivan del 20% de las acciones.

¿Te suena a algo?

La mayoría de los problemas que venía arrastrando era porque quería atender todo el mismo día, pero no priorizaba y lejos de resolver, acumulaba.

Si has sentido lo mismo, entonces te invito a que paremos y nos demos ese respiro que tanto necesitamos, antes de que tu cuerpo también te lo demande. La pausa sin duda es una gran consejera que permite reflexionar, descansar y tomar decisiones con cabeza despejada.

Pensemos juntos en lo siguiente:

¿Realmente todos tus problemas deben de resolverse hoy?


¿Qué es lo más importante en tu día?

¿Será que mantenernos ocupados es un tipo de defensa para no enfrentarnos a lo que realmente importa?

Creo que estas reflexiones han salido ahora que logré detener el motor.

Te invito entonces querido lector, a que empieces tu día con una pausa, reflexiona en las preguntas anteriores, prepara un rico café o tu bebida favorita, toma lápiz y papel, y sigue estos pasos, considerando el Principio de Pareto:

  • 1. Enlista todos los problemas que tengas hoy.
  • 2. Cuenta y anota las veces que esos problemas se han repetido en el último mes y ordénalos desde el más repetitivo al menos repetitivo.
  • 3. Pon una marca a los problemas que son más repetitivos, esos representan el 80% de tu tiempo, por ende, deberán ser tu prioridad. Puedes sacar el porcentaje acumulado; te dejo un ejemplo más abajo si quieres ser más analítico.
  • 4. Establece acciones que puedan resolver esos problemas repetitivos. Es ideal que agrupes los problemas que caben en una misma acción. Las acciones representarán el 20% que solucionará el 80% de tus problemas.
  • 5. Ahora sí, pon manos a la obra y enfócate en realizar prioritariamente las acciones que resolverán la mayoría de tus problemas, verás cómo tu tiempo se administra mejor.

El principio de Pareto es un método que te ayudará a priorizar y a enfocarte a lo importante. Con estos pasos podrás identificar a qué darle tiempo hoy y a qué dedicarte mañana.

Puede que incluso encuentres problemas que en el fondo no son un problema, sino sólo un pendiente por atender.

Te dejo por aquí un ejemplo de aplicación cuantitativa que puede ayudarte a hacer el ejercicio con mayor precisión pero confía en tu buen juicio, pues sólo tú conoces tus problemas.

Esta técnica es tan sencilla que además la puedes aplicar en otros aspectos de tu vida sin tanto cálculo, por ejemplo:

  • 80% de alimentación y 20% de ejercicio
  • 80% escuchar y 20% oír
  • 80% hacer y 20% planear
  • 80% propósito y 20% diversión

Prioriza y el resto caerá en su lugar.

Ya me siento más tranquila al visualizar la aplicación de esta técnica en mi vida diaria. Y espero que a ti te sirva tanto como a mí.

Deseo que tu vida sea del 100%, donde cada problema y decisión que tomes sea el porcentaje adecuado para que tu vida sea plena eligiendo lo que realmente importa para ti.

¿Quién dijo que las matemáticas no aportaban?

Si quieres saber más del Principio de Pareto, aquí te dejo un libro.

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