Así de rápido ya estamos en junio, el mes que nos indica que la mitad de este 2025 ya llegó.
Y yo, sin darme cuenta, volteo hacia atrás y me encuentro abrumada en mil actividades que han llenado mi agenda más de lo que hubiera esperado y en menos de lo que canta un gallo.
¿No te ha pasado querido lector, que pareciera que necesitamos días de 48 horas porque el de 24 horas no alcanza? (Lo sé, yo también acabo de recostarme en la silla con una gran sensación de cansancio).
A veces me pregunto cómo es que hay personas que se levantan, desayunan, dejan a los hijos en la escuela, van a trabajar, hacen compras, preparan su comida del día siguiente y, aun así, tienen energía en la noche para preparar palomitas y ver una peli con los hijos. Yo apenas termino el día con los ojos abiertos antes de llegar a la cama… y no tengo hijos (ojos hacia arriba).
Antes pensaba que esa capacidad era exclusiva de las personas que, por su genética, tenían una dosis extra de energía. Pero, con el tiempo, he descubierto que no sólo se debe a eso, sino que, en muchas ocasiones, es resultado de una correcta administración de su tiempo.
🕑 La administración del tiempo es algo que suelo escuchar mucho en el trabajo. Los jefes dicen constantemente: que el tiempo es dinero y que hay que aprovecharlo. Implementan un montón de técnicas para que el trabajador se mantenga ocupado sin casi respirar durante su jornada laboral (me imagino que cuando respiran, es como respirar un peso de sueldo para los jefes).
Pero luego, cuando salen del trabajo, dejan esas técnicas que parecen muy estresantes en la oficina y no las llevan a casa, siendo fieles al dicho popular que dice que lo que sucede en el trabajo, se queda en el trabajo.
A mí también me han dado ganas de hacer lo mismo, pero me atrevo a destacar que hay cosas que se aprenden en el trabajo que bien pueden aplicarse a la vida personal, como lo es, por ejemplo, el cuidado del tiempo.
Recuerda la filosofía laboral: “el tiempo es dinero”. Y si lo vemos así, entonces tendría que ser valioso también en la vida diaria. Cuesta hacerlo porque demanda costumbre, hábitos y sobre todo atención.
Así es, anota esto: “requiere atención”.
¿Te has preguntado a cuántas cosas le pones atención en tu día?
¿Realmente es el mismo grado de atención para todo lo que haces?
Si no lo has hecho, pregúntatelo ahora, porque es ahí es donde cobra sentido lo que haces.
Administrar el tiempo va más allá de asignar minutos u horas a cada tarea o actividad que “debes” realizar en el día; demanda, de fondo, definir lo que importa para ti.
¡Hemos llegado al clavo!
El éxito de la vida no depende de las veinte mil cosas que hacemos o dejamos de hacer, sino del sentido que tiene hacer lo que hacemos.
Por lo tanto, revisa lo que importa para ti y redirige tu atención ahí.
Bien decía Peter R, Drucker: “El tiempo es el recurso más escaso, y a menos que éste se administre bien, no se puede administrar bien ninguna otra cosa. Además, el análisis de nuestro propio tiempo es la manera más fácil y accesible, pero también sistemática, de analizar nuestro propio trabajo y de considerar cuidadosamente lo que tiene importancia en el mismo”.
-Peter F, Drucker
¿Cómo lograr esto?
Aquí te dejo unos tips que en las empresas suelen aplicar y que pueden ayudarte en la vida personal para mejorar la atención a lo que haces y sobre todo, para que lo que hagas cobre un sentido:
1. Define qué quieres hacer de tu vida. ¿Cómo te ves, haciendo qué? Eso será tu visión de vida.
Reflexiona en saber si eso es posible, si tienes los conocimientos, habilidades y recursos para lograrlo. Si los tienes, adelante, sigue con establecer actividades, pero si no lo tienes, prioriza el hacerte de recursos y de relaciones necesarias.
Ejemplo: quiero ser instructor de natación pero si me da miedo nadar, tal vez estoy pidiendo más de lo que puedo.
2. Enlista actividades importantes que serán los peldaños para llegar a la cima. Forja pequeñas metas como: aprender técnicas de nado, inscribirme a un curso oficial, etc.
3. Destina tiempo cada día a desarrollar esas actividades. No dejes que pase un solo día sin haber hecho algo que contribuya a esas metas.
Ejemplo: ver documentales de técnicas de nado.
Y además, puedes aplicar si lo deseas, la Matriz de Eisenhower; una técnica diseñada por Dwight D. Eisenhower y utilizada por Stephen Covey en su libro: "Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva".
Aquí te dejo el libro para tu consulta.
Considera además:
- Ser constante. Evita distraerte con cosas que, lejos de ayudarte, te quitan tiempo. Sé tu propio juez.
- Dedica tiempo a los demás, pero no toda la vida, pues tienes una por vivir, y es la tuya.
- Asegúrate de terminar cada día con una sonrisa que signifique un “valió la pena”.
- Y sobre todo, por favor, disfruta lo que hagas, pues cada momento es único.
Si el tiempo te aprieta, te consume y sientes que no puedes más, no corras. Detente, mira de frente esa situación y retoma el control.
La falta de tiempo es un indicativo de distracción: no estás en lo tuyo. Aprovecha esa oportunidad para replantearte y redirigir tu atención.
Que tu tiempo sea el mejor aprovechado cuando el reloj de la vida se detenga, porque es en el tiempo donde vives las experiencias que se convertirán en los recuerdos más valiosos de tu existir.
Te deseo la mejor administración no solo de tu tiempo, sino de tu vida.